La educación canina es un proceso, lleva tiempo y paciencia. Los puntos esenciales para que ese proceso tenga un final feliz, es conocernos a nosotros mismos y a nuestro perro, observar nuestras propias conductas y hábitos y hacer los cambios necesarios.
Es indispensable poner amor, paciencia, constancia y coherencia durante todo el tiempo que dure ese proceso.
La educación canina no es mágica, lo mágico es la alegría que sentimos al ver los cambios reales en nuestros perros y, por ende, en nuestra vida cotidiana.
*Curso presencial disponible para personas y sus perros de Córdoba capital o Sierras Chicas.
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